VI.
Soledad agitada que interrumpe mi paciencia,
Yo quiero un poco más de esta soledad.
Escucho el sonido de la lluvia,
¡Hace tiempo que la desconocía!
El agua manantial de vida,
Vida que hoy desposeo.
V.
Apago mis ojos y sueño despierto,
Mientras la luna se encubre entre las nubes.
Recito versos escondidos,
Busco en la lluvia algo que me urge.
En el fondo una canción,
La lluvia se despide con un último grito,
La poesía también posee esa fuerza,
Para ser escuchada y hasta percibida,
Sobre todo ésta última.
Mariposas, sonidos antiguos,
Bod Dylan y la colección de discos de vinilos.
IV.
Yo busco entre las alas despiertas algo que me sienta confiado,
No busco montañas de letras,
Busco algo que vaya un poco más allá,
¡Busco poesías!
Mis letras se impacientan y buscan descansar,
No quieren divagar más ni sentirse ásperas,
¡Huyen de las noches de insomnio que tanto las persiguen!
¡¡Mis letras no consiguen paz en medio de esta dramática canción!!
III.
¿A dónde irá el poeta con sus letras sufribles y amargas?
Nadie puede cargar con tanto oprobio,
Nadie puede escapar y pasar insospechado ante la calamidad,
Humos desvanecidos,
Silencios quebrantados,
Poemas que se desperdician.
¡Letras aqui no eres bienvenida!
Yo no te convengo,
Soy agonia deambulando por estas lineas improvisadas,
El dolor golpea buscando culpables,
Triste melodia repetitiva,
La vida es una sinfonía ridícula,
En un compás más me retiro.
II.
Soy profanación barata de días desagradables e infinitos,
Filosofía de vivir como siento y no como quiero,
Restos del ayer que hoy tratan de armarse pieza por pieza,
Rompecabezas inconexos.
Existir para reir;
hablar, hallar,
y vomitar de tanta jactancia sin sentido.
I.
Constreñido por mis deseos
La lluvia vuelve a arropar con su delicadeza,
Yo quisiera ser esas gotas;
Vivir cayendo y no sentir,
Refrescar la angustia,
Oprimir el fuego,
Cantar mientras desvanezco
Y dejar algo para ser recordado,
Cuando los frutos tardíos broten.
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